Verse obligado a afrontar una reclamación por avería al poco tiempo de haber comprando un coche (o moto, furgoneta,…) de segunda mano es la situación más estresantes y decepcionante que pueden ocurrir tras la compraventa de un vehículo.

Ya sea porque eres el comprador que has notado que el vehículo no funciona como es debido y el vendedor no quiere asumir la reparación o ya seas el vendedor que, ante una reclamación por avería, aprecia que el comprador pretende rescindir el contrato cuando puede arreglarse la avería, la intervención de un abogado puede ser determinante para resolver la controversia de una forma satisfactoria.

Y es que las averías más complicadas, aquéllas de más entidad, podrían hacer que el contrato de compraventa se anulase, pero no aquéllas que no son tan relevantes, pero que sí habrá que afrontar siempre que se pongan de manifiesto dentro del plazo de 1 año desde que se pone el vehículo en disposición del comprador.

Así pues, una intervención profesional eficaz puede ayudarnos a evitar un procedimiento judicial de reclamación por vicios ocultos y ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza.

Si no se alcanza un acuerdo para solucionar satisfactoriamente la reclamación por el defecto en el vehículo y nos vemos en la obligación de acudir a juicio, una defensa legal experimentada nos dará la tranquilidad de que nuestra postura está defendida judicialmente de una manera profesional.